Los trastornos alimenticios o alimentarios son un problema de salud que cada vez son más frecuente. En España, el 9% de la población, aproximadamente, tiene un desorden de la alimentación y se da especialmente en adolescentes y mujeres jóvenes.
En los trastornos alimenticios existe una obsesión por la alimentación, no se acepta la imagen corporal de uno mismo, y se distorsiona, y se va cambiando la dieta de forma que se sufre un deterioro de la salud física y psíquica afectando también a la vida social.
Estos trastornos de la alimentación, son desviaciones severas de la conducta que se muestran con patrones alimenticios peligrosos para la salud porque no se lleva una alimentación equilibrada y sana.
Causas de los trastornos alimenticios
Existen diferentes factores en las causas de estos trastornos.
Factores biológicos
En la familia puede existir un familiar directo que haya sufrido un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) y esto aumenta las probabilidades de que se desarrollen.
Existe también la posibilidad de que en la familia haya patrones alimentarios insanos y hayan sido aprendidos.
Factores psicológicos
El comer es una acción que genera placer, normalmente. Mientras comemos el cerebro libera sustancias químicas, neurotransmisores, que producen ese placer. Por ejemplo, la dopamina que puede hacer que se activen las rutas neurológicas de la adicción.
También, el recurrir a la comida para intentar salir de emociones desagradables como la tristeza, la ansiedad o la depresión puede llevar a padecer algún tipo de trastorno alimentario.
Hay algunos rasgos de la personalidad que pueden llevar a ser más vulnerables a tener un trastornos de la conducta alimentaria. Es el caso de las personas con una autoestima baja y con tendencia a perder el control que recurren a la comida como compensación a los problemas que tienen en su vida. También pueden ser una causa el estrés, la falta de estabilidad emocional y la baja tolerancia a la frustración.
Las personas con ansiedad pueden ser propensas a tener bulimia y las personas con rasgos obsesivos o excesivamente perfeccionistas tienen un mayor riesgo a padecer anorexia.
Factores sociales
Vivimos en una sociedad que está muy pendiente de la imagen física. Hay que cumplir unos cánones de belleza y si no es así se puede producir la sensación de rechazo o de no aceptación, tanto por el entorno como por uno mismo.
Esto hecho junto con una baja autoestima lleva a la persona a cambios en las conductas alimentarias, en la realización de ejercicio y en sus estados emocionales que generarán hábitos no saludables y trastornos en la alimentación.
También el origen puede estar en los malos hábitos que se han aprendido en la familia y de forma automática se repiten estos patrones.

Síntomas de los trastornos alimenticios
Con los trastornos de la conducta alimentaria aparecen diversos síntomas como consecuencia de los diferentes problemas de salud que se manifiestan al llevar una dieta no equilibrada y no saludable. Además de afectar al peso corporal también afectan al metabolismo, al sistema endocrino y a distintos órganos por falta de nutrientes.
Algunos síntomas son:
- Dolor de cabeza
- Problemas para dormir
- Falta de concentración
- Fatiga
- Cansancio
Si el trastorno está a un nivel avanzado llegando a ser extremo, como puede pasar en la anorexia, se añaden síntomas como la hipotensión, anemia, bradicardia y malnutrición o déficit nutricional.
A nivel psicológico pueden afectar a la personalidad produciéndose cambios que repercuten en la forma de relacionarse con uno mismo y con los demás. Estos cambios están basados en la percepción distorsionada de la imagen corporal junto con un estado emocional inestable y sentimientos de vergüenza y culpa.
Los estados de ánimo son variables porque la dieta desequilibrada influye en la producción de hormonas y neurotransmisores haciendo que se esté más irritable, más inestable emocionalmente y con tendencia a la depresión.
A nivel de las relaciones sociales, se evitan situaciones en las que se tengan que reunir con otras personas a comer o en las que se puedan dar cuenta del trastorno. Con el tiempo el paciente se aísla.
El o la paciente con trastorno alimenticio procura que las personas con las que convive no se den cuenta de lo que le pasa y busca estrategias para ello.
Las consecuencias que producen son daños a nivel físico y psíquico:
Daños a nivel físico:
- Problemas gastroesofágicos
- Pérdida de energía
- Fatiga
- Desnutrición
- Arritmia cardiaca
- Hipotensión
- Trastornos endocrinos
- Problemas óseos
- Riesgo de infarto
Daños a nivel psicológico:
- Frustración por falta de control ante el trastorno
- Aislamiento para que no se descubra su problema
- Ansiedad
- Depresión
- Trastorno bipolar
- Comportamientos obsesivos compulsivos
- Irritabilidad
- Pérdida de la libido
- Ideas suicidas
Tipos de trastornos alimenticios
Existen varios trastornos de la conducta de la alimentación. A continuación, te describo cada uno de ellos:
Anorexia nerviosa
La persona que sufre anorexia nerviosa tiene un rechazo a mantener un peso corporal óptimo para la salud. Quiere estar por debajo de ese peso y come mucho menos de lo que necesita para su edad, su actividad y su género.
La edad de comienzo es en la adolescencia o en la juventud aunque también se detectan algunos casos en la infancia.
Tienen una alteración de la imagen corporal y se perciben con una obesidad que no tienen, incluso estando muy delgadas.

Bulimia nerviosa
En este trastorno la persona empieza a comer y no puede parar hasta que se siente llena con un intenso malestar por haber ingerido una cantidad excesiva de comida. Durante el atracón pierde el control completamente.
Al terminar recurre a conductas que compensen la cantidad de comida que ha ingerido y se provoca el vómito o recurre a laxantes y/o diuréticos, practica ejercicio físico en exceso o realiza ayunos.
Suele comenzar en la adolescencia o en la juventud y normalmente tras haber seguido dietas muy restrictivas para adelgazar.

Trastorno alimenticio por atracón o compulsivo
La persona come en exceso aunque no tenga hambre y pierde el control llegando al atracón. Hay episodios frecuentes de estos atracones. Come muy rápido y se esconde por vergüenza a que le vean la cantidad de comida que ingiere.
Una persona con trastorno alimentario compulsivo tras darse el atracón no puede realizar acciones para compensar esa conducta o no puede recurrir a los métodos a los que recurre una persona con anorexia o bulimia.
Al final, en esta persona se manifiesta el sobrepeso o la obesidad.
Suele aparecer en la adolescencia y en la infancia.

Adicción a la comida
En la adicción a la comida se produce una obsesión por comer que no se puede controlar. Piensan constantemente en comer y no pueden disfrutar de la comida ni de otras actividades que lleven a cabo.
No pueden dejar de pensar en la siguiente comida y tienen antojos con determinados alimentos.
Es un comportamiento como respuesta a un determinado estado emocional desagradable. Este comportamiento tiene las mismas rutas neurobiológicas que otras adicciones a drogas, juego, sexo, etc.
Restricción de la ingesta alimentaria
Se va evitando tomar alimentos hasta que se come mucho menos de lo que el organismo necesita para mantener la salud llegando a no cubrir las necesidades nutricionales ni las calóricas. Al final, hay un déficit nutricional y una pérdida importante de peso.
Se suele dar en el infancia. Pierden el interés por la comida y la rechazan por distintos motivos que pueden ser como pueden ser el sabor, la textura, la imagen a la vista, etc. También puede ser por las consecuencias que para ellos tiene comer.
Vigorexia
La vigorexia o dismorfia muscular o anorexia inversa es frecuente en los hombres. Presentan una excesiva preocupación por parecer débiles o subdesarrollados.
Tienen una sensación de insuficiencia debido a una distorsión en la percepción de ellos mismos. Esto lo intentan compensar con la ingesta de productos que aumentan la masa muscular y con entrenamientos exigentes de ejercicio para también aumentar la masa muscular. Y lo hacen de forma obsesiva y compulsiva.
Obesidad
Es una enfermedad compleja en la que se tiene un exceso de grasa corporal.
Es un problema de salud en el que intervienen diferentes factores fisiológicos, endocrinos, hereditarios, sociales, de actividad física, nutricionales y psicológicos. La obesidad conlleva un riesgo de padecer diferentes enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiacas y algunos tipos de cáncer.
Ingesta excesiva por ansiedad o estrés
Se recurre a la comida ingiriendo un exceso de alimento por un estado de ansiedad o estrés. Los síntomas de ansiedad o de estrés se confunden con la sensación de tener hambre y se come para calmar estos síntomas. Pero al cabo de un rato de haber comido estos síntomas vuelven y no se sacian.
El tipo de alimentos que suelen apetecer en este trastorno son alimentos con azúcar.
Pica
Es la ingesta continua de sustancias que no son alimentos como pueden ser el polvo de la tiza, tierra, papel, pintura, etc. Es un problema que aparece más frecuentemente en la infancia y en algunos casos durante el embarazo.
Ortorexia
Este caso la obsesión se produce por comer de forma saludable de manera que se van eliminando de la dieta gran cantidad de alimentos o grupos de alimentos llevando a una desnutrición.
Esta obsesión lleva a que la persona que la padece dedique demasiado tiempo a planificar su dieta, una dieta poco equilibrada y no saludable al faltar nutrientes esenciales.

Tratamiento de los trastornos alimenticios
El tratamiento de los trastornos de la alimentación debe realizar por un equipo de profesionales de la salud que esté compuesto por médicos de familia, médicos especialistas en salud mental, endocrinos y dietistas. Todos ellos, deben tener formación y experiencia en estos trastornos alimentarios y deben estar coordinados.
Dependiendo del tipo de trastorno de la alimentación así será el tratamiento.
Además, se incluye en el tratamiento educación alimentaria, psicoterapia específica y tratamiento farmacológico prescrito por el médico especialista.
En casos extremos se necesita hospitalización en clínicas especializadas en el tratamiento de trastornos alimenticios. También hay programas de tratamiento de día en lugar de una hospitalización completa en los casos que sea apropiada esta opción.
Es importante que en este tratamiento se trabaje el desarrollo de hábitos alimenticios saludables, la modificación de pensamientos o creencias desadaptativas que sostienen la conducta del trastorno, aprender a tener una relación sana con la comida de forma que haya un equilibrio entre el disfrutar de ella y no depender, lograr la aceptación del cuerpo, conseguir una autoimagen realista y fortalecer la autoestima, el autoconcepto y la autoconfianza.