El Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE), llamado el oro líquido, es el alimento de referencia de la dieta mediterránea. Su consumo frecuente tiene grandes beneficios para nuestra salud.
Se obtiene de la primera prensa de las olivas maduras y tiene una composición en grasas aproximada que supone el 99% de su peso. Estas grasas están formadas por fosfolípidos, ácidos grasos y triglicéridos. También es rico en polifenoles y carotenoides que tienen una alta acción antioxidante.
Varios estudios han demostrado que el Aceite de Oliva Virgen reduce la incidencia en varios tipos de cáncer como el de mama, próstata, colon, ovario y páncreas.
Es una fuente rica en vitaminas A, D, E y K que ayudan a absorber calcio, fósforo, magnesio y zinc, componentes imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo.
Previene la oxidación y el ataque de radicales libres en el organismo por ello protege las células cerebrales y ayuda a prevenir las enfermedades neurodegenerativas.
Ayuda a mitigar los dolores articulares y reumáticos. Y se han visto beneficios en personas con fibromialgia.
Reduce los niveles de colesterol en sangre, el LDL, con lo que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y permite mejorar el control de la presión arterial para reducir la hipertensión.
Mejora y protege el sistema inmune aumentando las defensas de nuestro organismo frente a las infecciones.

¿Qué cantidad diaria de aceite de oliva virgen extra debemos tomar?
Los expertos recomiendan una ingesta diaria de unos 40 mililitros (5 cucharadas soperas) al día para conseguir los efectos beneficiosos de este alimento. Y se recomienda que sea la única fuente de grasa alimentaria en la dieta.
También, se recomienda no sobrepasar esa cantidad ya que el aceite de oliva tiene un alto poder calórico.
El aceite de oliva virgen extra puede formar parte de cualquier tipo de dieta, además de la mediterránea.
Si todavía no forma parte de tu dieta ¿a qué esperas para introducirlo en tu alimentación diaria?

Diferencia entre el aceite de oliva y el aceite de girasol
Los aceites de oliva y girasol son los preferidos por los españoles por lo que vamos a ver las diferencias entre uno y otro.
Los expertos nos informan de que el aceite de oliva y en especial el virgen extra, es más saludable que otros aceites vegetales. Debe ser la primera elección para cocinar, y sobre todo para freír.
Consideran que el aceite estrella es el aceite de oliva virgen extra o AOVE, seguido del aceite de oliva y del aceite de girasol alto oleico y en último lugar estarían el aceite de oliva refinado y después el aceite de girasol.
Diferencias en la composición
El aceite de oliva es rico en grasa monoinsaturada como es el ácido oleico y el aceite de girasol tiene más contenido en vitamina E que es antioxidante.
Aunque el aceite de girasol es rico en ácidos grasos poliinsaturados como el ácido alfa-linolénico (omega 3) también tiene el ácido linoleico (omega 6) que tiene efecto inflamatorio y es lo que le hace no ser la primera elección.
El aceite de oliva es mejor para la salud por su contenido en ácido oleico, polifenoles como el hidroxitirosol y el tirosol que son protectores cardiovasculares. Y los polifenoles que contienen tienen acciones antiinflamatorias y antioxidantes.
Además, el aceite de oliva contiene carotenoides y pigmentos clorofílicos que también le proporcionan efectos beneficiosos para la salud.

Diferencias en la obtención
La obtención de cada uno de ellos es diferente. El aceite de oliva se extrae de la oliva por medios físicos, esto favorece la conservación de sus compuestos minoritarios. El aceite de girasol se obtiene de una semilla con el uso de disolventes orgánicos y después es refinado, en este proceso se pierden parte de su composición.
Y otras diferencias están en su sabor, aroma y color.

Diferencias en el uso y en el precio
El aceite de girasol es más económico lo que favorece su consumo pero los beneficios que aporta el aceite de oliva merece el mayor coste cuando es posible soportar el gasto. Si no se puede comprar la alternativa es el aceite de girasol alto oleico.
El aceite de oliva virgen extra se puede consumir en crudo o usar para cocinar. En el cocinado, resiste más las altas temperaturas que el aceite de girasol y tarda más en descomponerse en sustancias nocivas para la salud.
El AOVE se aconseja utilizarlo en todo tipo de cocinado, incluida la fritura porque es un aceite más estable que el de girasol al ser más resistente a la temperatura.