El consumo de alcohol (vino, cerveza y destilados) es perjudicial para la salud a cualquier edad. Una de las consecuencias que produce son los daños en diversas zonas del cerebro. Si la presencia del alcohol en el organismo se mantiene en el tiempo se producen daños que el organismo no puede subsanar. Y si estos daños son en una edad tan temprana como la adolescencia los daños son mayores. Alcohol y adolescencia es una combinación que produce importantes daños en el cerebro.

Alcohol y adolescencia

En la adolescencia, debido a que el cerebro se encuentra en pleno desarrollo hasta los 25 a 30 años, las consecuencias se agravan. El consumo de alcohol puede bloquear este proceso en el que se adquieren y desarrollan habilidades dando lugar a un adulto con graves carencias en el pensamiento maduro.

Los daños se producen a nivel de áreas que se ocupan de las funciones cognitivas, del aprendizaje y de la memoria. Estos daños conllevan dificultad para crear y almacenar recuerdos así como para mantener la atención y la concentración. Además también afecta a la conducta pudiendo desarrollar comportamientos agresivos en las relaciones sociales.

Cómo daña el alcohol al cerebro en la adolescencia

En el proceso de desarrollo del cerebro, las neuronas que no se consolidan se eliminan de forma que el cerebro selecciona las neuronas eficaces para cumplir su función. En este proceso de maduración se establecen las nuevas conexiones sinápticas y se lleva a cabo la mielinización. La mielina es la sustancia que recubre y aísla el axón de la neurona para facilitar la transmisión de los impulsos nerviosos. Y el axón es la prolongación de la neurona que transmite el impulso nervioso.

El alcohol altera esas conexiones entre las neuronas encargadas de la memoria y del razonamiento lógico.

Otros efectos que tiene el consumo de alcohol en adolescentes son los importantes daños que se producen a nivel del córtex prefrontal. En esta área se producen procesos de maduración neuronal hasta los 30 años, es la última área del cerebro que se desarrolla.

Al consumir alcohol durante la adolescencia se dañan funciones cognitivas tales como la toma de decisiones, el control del comportamiento, la planificación, la memoria de trabajo y la atención. Como consecuencia, el córtex prefrontal tiene un volumen inferior al normal. Estas alteraciones continuarán en la edad adulta, según Fernando Cadaveira Mahiá, catedrático de Psicobiología y Psicología Clínica de la Universidad de Santiago de Compostela.

Con el consumo de alcohol también aparecen células atrofiadas a nivel del hipocampo, zona que interviene en la memoria y que es muy sensible en su proceso de desarrollo. Como resultado es incapaz de funcionar en su totalidad. Afecta al aprendizaje, a la memoria y al funcionamiento visuoespacial, como se pudo comprobar en los test realizados por Fernando Cadaveira .

Otros estudios también demuestran que las personas que en su adolescencia han consumido en exceso alcohol y lo han dejado tienen bajo rendimiento académico hasta 4 años después.

El alcohol afecta a todo el cerebro, a cualquier edad, porque las vías que lo conectan sufren un proceso de desmineralización y como consecuencia la transmisión de los impulsos nerviosos se ve afectada, agravándose este hecho en la adolescencia.

Además, hay que tener en cuenta que se necesita un equilibrio para recibir información, procesarla y guardarla como aprendizaje. En este equilibrio tiene que existir un balance entre estímulos e inhibiciones. Su alteración por el consumo de alcohol altera el proceso de aprendizaje. Se produce una desinhibición con una supuesta liberalización dando lugar a una hiperactividad del cerebro que necesita un gran gasto de energía. A la vez hay una estimulación del hipocampo cargando estas partes del cerebro y saturándolo. La consecuencia es que el aprendizaje se lleva a cabo más lentamente.

Es el inicio hacia el consumo de drogas más duras

Con el consumo de alcohol se altera el sistema de premio-castigo. Se modifica la percepción a nivel cerebral de forma que el cerebro necesita cada vez más estímulos y con mayor intensidad. Buscando aumentar estos estímulos se pasa a consumir cannabis y drogas más duras. Al consumir estas drogas junto con el alcohol, los efectos dañinos del alcohol aumentan.

Otras consecuencias de tomar alcohol

Existen otro tipo de consecuencias además de los daños en el cerebro. Al empezar con la toma de alcohol desde la adolescencia los problemas cognitivos conllevan a problemas sociales, afectivos y de desarrollo de habilidades y capacidades a nivel de crecimiento personal.

Por lo tanto, los adolescentes no deben consumir alcohol en esta etapa. En realidad, no hay que consumir alcohol en ninguna etapa de la vida pero si se hace no se debe empezar hasta que el cerebro esté desarrollado, proceso que finaliza a los 30 años.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) establece más consecuencias derivadas del consumo de alcohol. Estas consecuencias son la práctica de relaciones sexuales sin protección, lo que conlleva a la transmisión de enfermedades y a embarazos no deseados. También al aumento de los accidentes de tráfico que es una causa frecuente de muerte prematura en jóvenes. Y conlleva a su vez a la proliferación de la violencia.

Vida saludable y ocio

Aunque por una tradición cultural el consumo de alcohol está normalizado en nuestra sociedad y asociado a momentos de ocio y disfrute hay que tener en cuenta que es un hábito insano que conlleva a múltiples consecuencias perjudiciales para la salud. Es dañino a todas las edades pero en la adolescencia el daño es mayor.

Se pueden tener momentos de ocio, de disfrutar de la compañía de familiares, de amistades o de otro tipo de reuniones sin necesidad de beber alcohol.

Todavía se mantiene, en algunos entornos, el consejo de que tomar una copa de vino tinto en las comidas es sano pero este mito debe ir desapareciendo. El consumo de alcohol no forma parte de ningún hábito para llevar una vida saludable.  ya que el alcohol es siempre perjudicial para la salud y no se puede considerar bueno para un consumo diario o frecuente. El alcohol que contiene el vino no compensa los beneficios que pueden aportar otras sustancias que contiene. Estos beneficios se pueden obtener con alimentos saludables.

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