Depresion

La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes en las consultas médicas de nuestra sociedad. Se caracteriza por sentimientos basados en la tristeza, el desánimo y la desmotivación junto con alteración en la actividad diaria, en el comportamiento y en los pensamientos.

Se manifiesta con mayor frecuencia en personas menores de 45 años y en mujeres.

El tratamiento puede ser con psicoterapia sola y/o psicofármacos y mantienen estos psicofármacos durante un tiempo después de que hayan desaparecido los síntomas de la depresión por si hubiese recaídas.

Una persona que padece depresión suele tener la mirada triste o perdida y la expresividad emocional y gestual no es muy manifiesta. Aunque, también hay casos en los que una actividad excesiva puede esconder una depresión.

¿Cuándo se considera que existe depresión?

Hay que diferenciar entre estar triste y estar con depresión. No es lo mismo y no siempre que se está triste y desmotivado se tiene una depresión. Pero si hay que detectar a tiempo la depresión para que no llegue a ser crónica y suponga una patología que ya no se pueda tratar para curar.

Estar triste es estar en un estado mental que puede tener una causa conocida y que es pasajero. La depresión es un trastorno psicológico.

La tristeza es una emoción y es habitual que la tengamos como una respuesta frente a las adversidades o situaciones negativas. Por ejemplo, ante expectativas que no se han cumplio, ante una enfermedad, ante una pédida, etc. Son situaciones con dolor que se manifiestan con llanto, falta de energía, falta de motivación por hacer tareas habituales o no habituales, falta de apetito o aumento del ansia por comer, etc. Todas las personas hemos experimentado la tristeza, al igual que otras emociones como el miedo, la ira, la sorpresa, el asco o la alegría.

La tristeza es un estado de ánimo con una función adaptativa como reacción a un hecho puntual que nos afecta.

Si esta tristeza se mantiene en el tiempo y, además, va en aumento, genera un malestar muy fuerte y no deja que la persona sigua hacia adelante con su vida. En este caso, se puede ir convirtiendo en depresión.

La depresión es un trastorno psicológico del estado de ánimo que tiene como uno de sus síntomas la tristeza que en muchos casos no tiene una causa concreta. Se tiene una situación crónica de malestar.

Es fundamental saber si es tristeza o es depresión para dar el tratamiento adecuado en cada caso.

Heridas emocionales. Depresión. Ansiedad.

Síntomas de la depresión

La depresión afecta a la percepción e interpretación de lo que sucede, a los pensamientos y a las emociones teniendo consecuencias en los comportamientos y conductas y en nuestro interior. Pueden llegar a aparecer pensamientos de suicidio o relacionados con la muerte.

Además de la tristeza persistente, se tiene apatía, angustia, desesperanza, pérdida de interes en hacer actividades, disminución de la vitalidad y cansancio sin explicación patológica. Y puede aparecer anhedonia, que es la incapacidad de poder sentir placer por las cosas que hace o lo bueno que le sucede. Se produce una disminución de la concentración, memoria, toma de decisiones, razonamiento y las demás funciones cognitivas.

A nivel corporal pueden aparecer alteraciones del peso corporal, dolor de cabeza, dolor de espalda, dolores crónicos, problemas digestivos, calambres musculares y otros síntomas que no se asocian a ninguna enfermedad y que no se quitan con fármacos.

Todo ello, impide que la persona con depresión no pueda realizar su rutina diaria. Si estos síntomas se mantienen más de dos semanas hay que acudir al médico para que valore la situación.

También puede asociarse a la depresión los trastornos de ansiedad y estrés por lo que sus síntomas se unen a los de la depresión.

El alcohol y las drogas también afectan a las reacciones químicas del cerebro y al estado de ánimo. Y algunas enfermedades tienen asociados síntomas depresivos, como por ejemplo el hipotiroidismo.

La depresión severa se puede convertir en un problema de salud mental incapacitante.

Si aparecen algunos de estos síntomas mencionados y van aumentando su intensidad y duran en el tiempo o se altenan estados de ánimo normales con estos síntomas de forma frecuente hay que consultar al médico para descartar que pueda existir una depresión y si es el caso empezar con un tratamiento adecuado.

Causas de la depresión

La depresión puede ser debida a causas biológicas, genéticas o a cómo se relaciona la persona con su entorno.

Hay algunas depresiones que se asocian a enfermedades físicas pero normalmente la depresión se produce por factores biológicos como son los cambios hormonales, las alteraciones de neurotransmisores y por factores psicosociales como son las situaciones adversas y estresantes que pueden suceder en la vida personal, laboral o en las relaciones. También afectan factores de personalidad de cada individuo y sus mecanismos de defensa psicológicos.

No hay un consenso entre los profesionales de la salud mental sobre los factores que dan lugar a la depresión. Cada caso es distinto y hay que tener en cuenta los factores genéticos, ambientales y emocionales de cada persona.

Desajustes hormonales importantes

Las hormonas son sustancias que segrega nuestro organismo para que las distintas funciones que realiza se coordinen según las necesidades que tenga para responder a las diferentes situaciones. Los cambios hormonales son normales en personas sanas.

En algunas investigaciones se ha concluido que la depresión puede ser causada por un desajuste de estas hormonas por el que no se segrega la cantidad adecuada que se necesita.

Una de las causas de este desequilibrio puede ser el estrés por el que se segrega cortisol en cantidades superiores a las normales y se mantienen en el tiempo. Se han asociado estos niveles elevados con la depresión. Cada persona tenemos ciclos hormonales en los que se dan cambios normales de los niveles de las hormonas y estos cambios influyen en nuestro estado de ánimo. Para que se asocien con la depresión las alteraciones de los niveles de hormonas tienen que ser elevadas y mantenidas en el tiempo.

Disminución de la actividad en el lóbulo frontal

Estudios neurocientíficos indican que las personas que pedecen depresión tienen la actividad en el lóbulo frontal bastante más baja de lo normal. El lóbulo frontal es un lóbulo de la corteza cerebral situado en la parte de delante del cerebro, que está encima de los ojos y detrás de la frente. Se encarga de los procesos cognitivos complejos o también llamadas funciones ejecutivas como son la toma de decisiones, la creación de planes y estrategias, la ejecución de acciones basada en objetivos a largo plazo, entre otras.

Esta puede ser la razón de que las personas con depresión muestren falta de iniciativa, apatía y falta de motivación.

Por el contrario, la zona del cerebro que se encarga de las respuestas emocionales intensas, la amígdala del cerebro, tiene un grado de activación alto. Este sería el motivo de que con la depresión las emociones estén a flor de piel y se sientan tan intensamente.

Estos estudios han concluido que se podría dar una conexión extraña entre grupos de neuronas en los cerebros de personas con depresión, resultando zonas más activadas de lo normal que dependen de otras zonas.

Pero estos resultados que señalan la influencia de la actividad cerebral como causa de la depresión están en discusión entre los psicólogos y los psiquiatras porque puede llevar a tener una idea equivocada de la causa verdadera de la depresión. ¿Podría ser esta menor actividad cerebral una consecuencia y no la causa?

Deterioro neurológico

Se han visto en estudios que a la vez que se puede reducir el volumen de ciertas partes del cerebro puede aparecer la depresión como forma de manifestación de este hecho.

Se piensa que en las personas con depresión las neuronas se mueren a un ritmo mayor del normal y la creación de más neuronas es más lenta o incluso no se produce. También, se piensa que puede ser que las neuronas existentes crecen menos de lo que deberían y las conexiones entre ellas son menores.

Aunque hay muchos pacientes con deterioro cognitivo que no padecen de depresión y por el contrario tienen una alta calidad de vida y una buena salud emocional.

Esto hace que se remplantee este desorden del estado de ánimo, la depresión, para enfocarse en explicarlo a través de estados emocionales naturales y pasajeros en vez de por un desajuste biológico.

Causa Genética

De momento no se ha encontrado un gen del ADN que sea la causa de la depresión. Lo que si se ha visto es que en algunas personas hay una predisposición a heredar los trastornos depresivos.

Aunque si los padres tienen momentos de tristeza ello no significa que se vaya a heredar un desorden del estado de ánimo y muchos casos de depresión en los que sus padres no la han tenido.

Dieta

Ya sabemos que somos lo que comemos y la depresión es una muestra más de ello. La alimentación nos proporciona los nutrientes que necesita nuestro organismo para funcionar correcta y equilibradamente. Si no nos alimentamos con una dieta variada y equilibrada las funciones de nuestros órganos se verán afectadas. Y uno de estos órganos que se ve afectado por una dieta insana es el cerebro, afectando a la salud mental. Una causa de depresión, puede ser una dieta rica en productos superprocesados con grasas no saludables y azúcares o una dieta que restringen grupos de alimentos.

Tipos de depresión

En general, se engloba dentro de la depresión a diferentes trastornos afectivos que tienen una sintomatología común, como es la tristeza, la desilusión, etc, aunque se diferencian entre ellos en la duración, en la gravedad y en la evolución.

De esta forma, se diferencian los siguientes trastornos:

  • Episodio depresivo mayor/menor: sus síntomas son tristeza vital, pesimismo, ansiedad, irritabilidad, apatía, embotamiento afectivo, empeoramiento matutino, disminución marcada del interés y de la capacidad de disfrutar, sentimientos de inutilidad e ideación de culpa, baja autoestima, pensamientos recurrentes de muerte, pérdida de apetito, disminución de peso y alteraciones del sueño entre otros.
  • Depresión subclínica: puede pasar prácticamente inadvertida porque no se detecta la presencia de ánimo deprimido, ni la incapacidad para disfrutar de las cosas, y sí otros síntomas de los descritos (pesimismo, ansiedad, irritabilidad, apatía, embotamiento afectivo pérdida de apetito, disminución de peso, alteraciones del sueño, etc.
  • Trastorno adaptivo con estado de ánimo subclínico: Es un trastorno bastante frecuente, se caracteriza por la aparición de síntomas emocionales, ánimo depresivo, tristeza, llanto, desesperanza, en respuesta a un acontecimiento estresante ocurrido en los tres meses anteriores al inicio de la clínica.
  • Depresión enmascarda o somatizada: Los síntomas afectivos o emocionales no se expresan espontáneamente, incluso al preguntar por ellos pueden ser negados. En este caso predominan los síntomas somáticos o corporales: dolores inespecíficos, alteraciones gastrointestinales (sequedad de boca, estreñimiento-diarrea, úlcera gástrica etc.), respiratorias (sensación de ahogo, dificultad respiratoria…), neurológicas y sensoriales (mareo, cefalea, vértigo, temblores), genitourinarios (molestias al orinar, ausencia de la menstruación, impotencia, etc.).
  • Trastorno bipolar: Los Trastornos Bipolares son un grupo de trastornos afectivos caracterizados por la presencia de episodios reiterados en los que se alterna el ánimo deprimido con episodios de exaltación (euforia, hiperactividad, etc.)
  • Depresión con síntomas psicóticos: Junto a los síntomas del episodio depresivo están presentes ideas delirantes o alucinaciones. Las ideas delirantes están en consonancia con el estado de ánimo, e incluyen temas de pecado, culpa, ruina o catástrofes inminentes. Esta forma de depresión es especialmente complicada por el contenido de las ideas delirantes. Ante su sospecha debe consultar con un médico de forma inmediata.
  • Trastorno distímico: El Trastorno Distímico o Distimia es un tipo de depresión crónica, en la que los síntomas se manifiestan de forma permanente durante un periodo de tiempo prolongado. A veces puede llegar a sentirse bien durante días, incluso semanas, pero enseguida vuelven a reaparecer los síntomas, estando la mayor parte del tiempo cansado y deprimido. Suele iniciarse en la edad adulta.

Cuando se debe sospechar y acudir al médico

Se debe acudir al médico especialista en psiquiatria cuando suceden algunas de las situaciones siguientes. No hace falta que sean todas.

1. Se tienen cambios en la vida cotidiana

  • Cuesta hacer las rutinas diarias que antes se hacia.
  • Cambios en la alimentación y en la forma de comer.
  • Cambian los hábitos del descanso y en el sueño.
  • No se quiere salir de casa.
  • Hay dificultad en la concetración.
  • Problemas de memoria.

2. Hay cambios en el estado de ánimo, en el comportamiento y en la personalidad

  • Se está triste todos los días, sabiendo la causa o no sabíendola.
  • Se tienen sentimientos de abandono y desesperanza
  • Dificultad para enfrentarse a los problemas
  • Pensamiento acelerado o enlentecido
  • Dificultad para tomar decisiones
  • Ansiedad
  • Cansancio o falta de energía
  • Exceso de preocupación por algún tema
  • Cambios bruscos del estado ánimo
  • Irritabilidad
  • Ira o enfados frecuentes
  • Susceptibilidad hacia otras personas
  • No tiene ilusión por nada, se pierde el interés por cosas, personas o actividades
  • No hay proyectos de futuro
  • No disfruta de los buenos momentos, se puede sentir placer
  • Se siente culpable o inútil
  • Siente odio a sí mismo o hacia los demás

3. Se tienen pensamientos extraños, manías, miedos obsesivos e incluso alucionaciones

  • Pensar que todos actúan en contra de uno/a
  • Se tienen pensamientos de suicidio o de muerte
  • Lavarse las manos compulsivamente
  • Hacer colecciones absurdas
  • Comprobar una y otra vez las cosas
  • Exceso de perfeccionismo
  • Sensación de haber oído o visto algo sin que los demás lo vean
  • Miedo excesivo a cosas cotidianas y normales que provoca sensación de asfixia, taquicardias, mareos, vómitos o incluso desmayos.
Salud mental y emocional. Cómo cuidar la salud mental

Tratamiento

La depresión debe ser tratada adecuadamente, si no se trata y empeora pueden darse problemas de conducta, emocionales y de salud que afectan a la calidad de vida de la persona que la tiene.

Los problemas de salud que tienen mayor riesgo de padecer las personas con depresión son: sobrepeso, obesidad, enfermedades cardíacas, enfermedades cerebro vasculares, dolor en diferentes partes del cuerpo, enfermedad de Alzheimer, diabetes y osteoporosis.

En un estudio realizado por la Universidad de Oxford, Reino Unido, concluyó que la depresión reduce la esperanza de vida en diez años o más, y lo comparó con las personas que fuman hasta veinte cigarros al día o más.

Los tratamientos son a nivel de terapias psicológicas y en los casos necesarios con fármacos antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos dependiendo de la causa de la depresión y de los síntomas.

Los tratamientos dependen de las características específicas del tipo de depresión y debe ser personalizado.

A la vez, ayuda a superar la depresión y a mantener la salud mental:

  • la realización de ejercicio físico,
  • andar de media hora a una hora al día es una buena opción,
  • tener una alimentación saludable y beber mucha agua,
  • poner la atención en la parte positivo de lo que sucede,
  • no centrarse en los problemas sino en soluciones,
  • realizar una buena gestión de las emociones,
  • descansar y dormir las horas necesarias,
  • hablar con personas de confianza de lo que te sucede y
  • realizar ejercicios de meditación, relajación o mindfulnees.

Si la depresión se detecta en sus inicios es posible salir de esa tristeza y el sentimiento de soledad realizando estos consejos, asistiendo a la consulta de un terapeuta, aprendiendo técnicas de desarrollo personal y buscando actividades para hacer tanto de forma individual cómo en compañía. Es importante realizar actividades de ocio en grupos.

Cómo ayudar a una persona con depresión

  • Escuchar es una ayuda muy útil para la persona que tiene depresión, sin intentar buscar soluciones ni dar consejos en ese momento.
  • Comprender que puede que diga cosas que en realidad no siente, debido a la depresión.
  • No tomar la situación que vive la persona con depresión como algo personal ni te culpabilices.
  • No sirve decir que intente estar bien o que se tranquilice ya que probablemente no podrá o no sabrá cómo. Si puede servir darle pautas concretas de acciones que ya se sabe que funcionan en momentos de crisis.
  • Empatiza, ponte en su lugar. Lo que a ti te parece fácil de hacer, algo cotidiano, puede ser todo un desafío para la persona con depresión.
  • Entiende que esta persona te necesita y te valora aunque no lo sepa demostrar.
  • La depresión tiene altibajos y hay momentos mejores que parece que se ha recuperado con recaídas. Hay que tener paciencia, lleva tiempo la recuperación y hay que verla con el tiempo.
  • La persona con depresión necesita compañía y ayuda. Pregúntala en qué puedes ayudarla. Puede que lo que tú pienses que necesita no se lo mismo que ella te diga.
  • Si está en tu mano, alivia la presión de trabajo laboral, familiar o de otro tipo que pueda tener.
  • No recrimines su comportamiento: si llora, si está tumbada, si no sale, etc.