Para saber qué mensajes nos traen las emociones es importante tener en cuenta que no existen emociones buenas o malas. Todas las emociones son útiles. Como nos indica Anthony Robbins (1960), la manera de lograr que nuestra vida funcione es haciendo que nuestras emociones trabajen para nosotros.
Las emociones son las mismas en todas las culturas, Paul Ekman (1972), psicólogo experto en las emociones y su expresión facial, las estudió en profundidad y concluyó que las emociones son universales y que existen 6 emociones básicas: tristeza, ira, asco, miedo, sorpresa y alegría. Estudió las expresiones faciales y cómo estas expresiones dan información de nuestras emociones. Por tanto, a través del rostro podemos identificar qué emociones hay en el interior de cada uno. Detrás de estas emociones primarias se encuentran las emociones secundarias como son: vergüenza, culpa, celos, aceptación, satisfacción, resignación, etc.
Hay diferentes estados emocionales, unos pueden resultar agradables, como la alegría, la autoconfianza o la gratitud y otros pueden resultar desagradables, como el enfado, la tristeza o el miedo. Todas estas emociones nos traen mensajes que nos van a ayudar a conocernos y nos mueven a la acción para cambiar los estados emocionales desagradables y potenciar nuestros estados emocionales agradables.
¿Qué hacer ante las emociones desagradables?
No debemos evitar ni esconder las emociones desagradables si no tarde o temprano volverán a aparecer. Estas emociones desagradables son señales para la acción y es bueno dedicar un tiempo para reflexionar sobre ellas.
Tampoco debemos permanecer en esas emociones desagradables más tiempo del que se necesita. Permaneceremos en ellas hasta entender su mensaje y después las dejaremos ir. Si permanecemos más tiempo del necesario se pueden enquistar pasando a ser un estado de ánimo perjudicial.
Cuando sintamos una de estas emociones desagradables, es bueno reconocerla en nosotros, reconocer la parte del cuerpo donde la sentimos y ponerla nombre: si es miedo, ira, tristeza, etc. Tras esto reflexionar sobre qué mensaje nos puede traer con el fin de buscar acciones para hacer frente a este estado.
Miedo
Una de las emociones más frecuentes es el miedo y su mensaje está relacionado con que algo va a ocurrir y hay que prepararse para ello. En esta situación es útil evaluar qué es lo que verdaderamente se teme y buscar una solución para ello como puede ser la confianza, la fe y la paz. Además, tener la seguridad de que se ha hecho todo lo que se ha podido ante lo que se tiene miedo. Es importante saber que la mayoría de los miedos nunca llegan a convertirse en realidad.
Tristeza
La tristeza nos informa de que algo que esperábamos no se ha cumplido, que las expectativas que teníamos con respecto a una situación o persona no se han cumplido. Ante este mensaje se puede reflexionar sobre si verdaderamente se ha perdido algo o si en realidad las cosas fueron de una manera diferente a la que habíamos pensado. Valorar la situación desde la perspectiva de lo bueno que ha podido suceder aún no habiéndose cumplido las expectativas que teníamos.
Enfado e Ira
Nos traen el mensaje de que alguna persona o situación ha transgredido una norma o criterio importante para nosotros. Existen varios niveles, desde el enfado, la irritabilidad, la molestia hasta la furia, cólera e ira. En este caso, podemos reflexionar sobre si hemos podido interpretar mal la situación y considerar que esa persona no conocía la importancia que tenía para nosotros esa norma. No debemos olvidar que esas normas son nuestras y no tienen por qué ser las de otros, ni ser las correctas. También podemos preguntarnos qué puedo aprender de esta situación y cómo puedo comunicar la importancia que tiene para mí esa o esas normas.
Culpa, Remordimiento y Lamentación
La culpa, el remordimiento y la lamentación son de las emociones que más intentamos evitar y esconder, por este motivo la información que nos traen es muy valiosa. El mensaje es que nosotros hemos violado o transgredido uno de nuestros criterios más importantes. Para afrontarlas no se pueden negar ni suprimir y por supuesto tampoco quedarnos en ellas convirtiéndolas en una tortura permanente. Debemos reconocer que hemos violado ese criterio tan importante para nosotros y tomar el compromiso de que ese comportamiento no lo vamos a repetir en el futuro. De esta manera, nos permitimos salir de esas emociones y trabajar en otras emociones agradables.
Frustración
Nos aparece cuando hemos trabajado con esfuerzo y no hemos obtenido los resultados esperados. Pensamos que podíamos haber hecho las cosas mejor. Esto lo podemos convertir en algo positivo reflexionando en lo que hemos hecho hasta el momento, por qué no funciona y qué necesitamos cambiar para alcanzar nuestro propósito. Nos informa que debemos ser más flexibles. Nos enfrentamos a la frustración considerando que es una aliada que nos lleva a buscar nuevos caminos para llegar al resultado deseado. Esos nuevos caminos pueden ser la búsqueda de nueva información que nos ayude o de un modelo a imitar que ya haya logrado ese objetivo.
Una vez aprendido el mensaje que traen estas emociones desagradables, las dejamos ir para permitir que emociones agradables ocupen su lugar y se conviertan en emociones poderosas.
Emociones poderosas
Las emociones agradables son capaces de crear una vida que alcance su potencial más elevado. El tenerlas y desarrollarlas es una decisión. Es la decisión de cambiar la forma de ver, de sentir y de pensar que nos genera las emociones desagradables para generar las emociones poderosas que contribuyen a que logremos ser más felices.
Las emociones se contagian, crear emociones poderosas es crear un ambiente también poderoso.
Amor
El amor es la emoción más poderosa que puede con cualquier emoción desagradable. Responder con amor, amablemente, cariñosamente cambia cualquier estado de ánimo desagradable y su intensidad bajará hasta desaparecer.
Gratitud
La gratitud es otra emoción muy importante. Agradecer por la vida, por la gente, por las experiencias. Poner la atención en todas lo que se tiene, en lo que va bien nos proporciona calma y la capacidad de estar más receptivos a enfocarnos en lo bueno.
Pasión
Es la emoción fuerte y profunda hacia nuestro objetivo. Despierta el deseo y el entusiasmo por algo o alguien. Se establece una relación de afinidad muy fuerte con ese algo o alguien. Es una parte esencial para llegar a los grandes logros.
Alegría
Vivir la vida en estado de alegría nos permite afrontar las adversidades y desafíos que se nos presentan.
Curiosidad
Sentir interés nos ayuda a salir de la rutina, fomenta el aprendizaje y la resolución de problemas.
Autoconfianza
Confianza en uno mism@, en lo que sabemos hacer y en lo que podemos hacer. Nos permite experimentar y situarnos en primera línea. Se desarrolla mediante la práctica. Nos permite progresar. Nos lleva a sentirnos valiosos y merecedores de lo que queremos conseguir.
Vitalidad
Sentirse vital contribuye a la sensación emocional de bienestar. A esta sensación de vitalidad contribuye tener una buena salud física. Cuidar nuestra respiración, descansar, hacer ejercicio físico y llevar una alimentación saludable, además de tener una buena gestión de nuestras emociones contribuyen a que nos sintamos con vitalidad.
Perseverancia, Determinación y flexibilidad
Mantener un objetivo en la mente, mantenernos motivados y comprometidos hacia él, con una actitud proactiva, a pesar de los miedos. Aunque hay que tener en cuenta que tenemos que añadir la flexibilidad para cambiar de actitud. Ello nos permitirá sobrevivir a las adversidades.
Colaboración
Cuando lo que hacemos ayuda o sirve para algo y lo compartimos genera un estado emocional poderoso. La colaboración, la contribución y la cooperación es una manera de conectar con el mundo.
Puedes solicitar más información sobre cómo gestionar las emociones a través del formulario de contacto. Estaré encantada de poder ayudarte a llevar la vida que deseas.