Es muy común tener dudas de cuando se considera que se tiene fiebre y a partir de que cifras hay que preocuparse.
La fiebre, en general, preocupa e incluso asusta cuando se tiene, especialmente si se manifiesta en bebés o en niños/as.
Pero, en general, la fiebre no es tan mala como se cree. Vamos a ver cuando hay que preocuparse por tener fiebre y qué acciones hay que tomar cuando se tiene fiebre.
¿Qué es la fiebre?
La fiebre es una respuesta de defensa de nuestro organismo contra las infecciones pero también puede aparecer por otros motivos.
Cuando la fiebre aparece de forma aislada no es una enfermedad, es el mecanismo de defensa natural que inicia la respuesta inmunitaria. Se pone en marcha cuando algún agente infeccioso o germen, como un virus o una bacteria, entra en nuestro organismo. En el momento que lo detecta, aumenta la temperatura corporal para activar el sistema inmune para destruir esos gérmenes que pueden causar una enfermedad.
Nuestro cuerpo necesita estar a una temperatura entre 36 ºC y 37,2 ºC para funcionar correctamente. Medida tomada en la axila. Si la toma de temperatura se realiza en el recto hay que añadir medio grado más.
A partir de los 37,8 ºC se considera que se tiene fiebre.
De los 37,8 ºC a los a los 38,5 ºC es fiebre leve.
Entre los 38,5 ºC a los 39 ºC fiebre moderada.
Y a partir de los 39,5 ºC se considera fiebre alta.
¿Pero que sucede entre los 37,2 y los 37,8 ºC? En este rango se considera que se tiene febrícula.
También hay que tener en cuenta si la temperatura corporal desciende entre los 35 ºC y los 36 ºC porque puede ser síntoma de alguna enfermedad. También puede suceder que la persona tenga su temperatura normal entre este rango y no sea indicativo de una patología, esto hay que observarlo. Por debajo de los 35 ºC ya se considera hipotermia y hay que estudiar si hay una patología.
En adultos la fiebre baja no es preocupante pero en bebés una fiebre baja es motivo de preocupación porque puede ser indicativo de una infección grave y hay que acudir al pediatra.
La temperatura normal del cuerpo es variable de una persona a otra y también varía en las diferentes horas del día según el ritmo circadiano. De esta forma, la temperatura corporal aumenta entre las 16:00 y las 20:00 horas y desciende hasta las 6:00, aproximadamente.
La forma en que cada persona vive un síntoma, como es la fiebre, es única. Ocurre lo mismo con el dolor, que cada persona lo tolera de manera diferente. Por ello, hay que hacer un registro escrito de las medidas de la temperatura corporal con la hora a la que se toma y en que lugar del cuerpo. La forma más recomendable de tomar la temperatura en adultos es la axilar con un termómetro de contacto. Estas medidas objetivas de la temperatura corporal son la guía para valorar la situación febril, aunque cada paciente tolere la fiebre de una forma diferente.
La fiebre suele desaparecer en unos días. Si cuando se tiene hay síntomas molestos se puede tratar con los medicamentos adecuados, pero si no hay molestias no es necesario. Y si no desaparece hay que acudir al médico.

Cómo tomar la temperatura corporal
Se puede optar por diferentes tipos de termómetros. Existen termómetros para la axila, orales, rectales, de frente y de oído.
Los termómetros que dan la temperatura corporal más precisa son los de contacto y rectales. Los de oído y de frente dan mediciones menos precisas pero son más cómodos de usar.
El termómetro tradicional de cristal con mercurio que se utilizaba cuando éramos niños se ha dejado de usar por el riesgo que conlleva el mercurio y que sea de cristal.
El termómetro digital sin mercurio y sin cristal es la mejor opción al ser más preciso, eficaz y rápido que el tradicional.
Para los bebés, la temperatura más precisa es la rectal pero también la toma por contacto es precisa.

Síntomas
La fiebre puede ser molesta para la mayoría de adultos y especialmente en los niños.
Los síntomas que pueden aparecer son:
- Escalofríos
- Temblores
- Dolor de cabeza
- Debilidad general
- Dolores musculares
- Irritabilidad
- Sudores
- Deshidratación
- Falta de apetito
Cuándo hay que consultar al médico
Hay situaciones en las que se debe pedir ayuda médica cuando se presenta fiebre.
En el caso de bebés y niños pequeños es motivo de preocupación que tengan fiebre por lo que siempre hay que consultar a su médico o pediatra si:
- Es un bebé de menos de 3 meses de edad y su temperatura rectal es de 38 ºC o superior.
- Tiene de 3 a 6 meses y la temperatura rectal es superior a 38,9 ºC o si la temperatura es menos pero presenta irritabilidad, cansancio o se le ve molesto.
- La temperatura rectal es superior a 38,9 ºC, tiene de 7 meses a 2 años de edad y la fiebre dura más de un día sin bajar. Aunque no muestre otros síntomas.
En niños más mayores, la fiebre no es motivo de alarma si el niño está bien, juega, bebe líquidos, come, responde a la voz y a las expresiones que se le hace y hay contacto visual. Hay que acudir al médico si el niño/a:
- Está confundido, no tiene contacto visual o hace poco y está desganando.
- Está irritable.
- Vomita repetidas veces.
- Tiene dolor de cabeza, garganta o estómago.
- La fiebre aparece tras haber estado expuesto al calor, especialmente dentro de un coche u otro tipo de vehículo.
- La fiebre dura más de tres días.
- Con la fiebre aparecen convulsiones. Llama al 112 o si no se recupera rápidamente.
- Si tiene alguna enfermedad crónica o tiene débil el sistema inmune.
En adultos se debe consultar al médico si la temperatura es superior a 39 ºC y aparecen estos síntomas o signos:
- Rigidez en el cuello y dolor cuando inclina la cabeza hacia adelante.
- Confusión mental, comportamiento extraño o problemas al hablar.
- Dolor intenso de cabeza.
- Vómitos constantes.
- Dolor abdominal.
- Sensibilidad inusual a la luz brillante.
- Sarpullido.
- Dificultad para respirar o dolor en el pecho.
- Dolor abdominal.
- Escozor o dolor al orinar.
- Convulsiones o crisis epilépticas.

Tratamiento de la fiebre
Cuando se tienen unas décimas de fiebre, febrícula, o fiebre moderada no es necesario antitérmicos si se está con un buen estado general. No se debe tomar el paracetamol o el ibuprofeno si no hay malestar o más síntomas que la fiebre moderada.
No se recomiendan las friegas con alcohol, aunque nos lo hayan hecho a nosotros de niños, ni tampoco paños de agua fría, quitar la ropa o meter al niño en una bañera de agua tibia y mucho menos de agua fría que puede producir consecuencias peores que la fiebre, como una descompensación grave llevando a aumentar el malestar y a subir más la temperatura.
Si la fiebre supera los 38 ºC y hay dolor o malestar es cuando hay que dar tratamiento antipirético y analgésico, como el paracetamol o el ibuprofeno. Esto en niños mayores y adultos. Si es un/a niño/a menor de 3 meses hay que ir directamente al médico cuanto antes. En personas con enfermedades crónicas o vulnerables también es recomendable tratar la fiebre a partir de esto 38 ºC.
Y si la fiebre es superior a 39 ºC, dura más de 48 horas también hay que ir al médico cuanto antes, sobre todo si además tiene más síntomas.
¿Y si se vomita tras tomar el antitérmico?
Hay que mirar si han pasado quince minutos o más, desde que se tomó el medicamento y se vomitó. Si han pasado esos quince minutos el organismo ya ha asimilado el fármaco y no hay que repetir la toma. Si no ha pasado ese tiempo hay que volver a repetirla.
¿Qué es mejor, ibuprofeno o paracetamol?
Los dos fármacos son buenos antipiréticos o antitérmicos y tienen también un efecto analgésico, aunque el fármaco de primera elección es el paracetamol, con la excepción de los casos que no deben o pueden tomar este fármaco.
Se recomienda tomar uno u otro cada 8 horas. Lo que ya no se recomienda es alternarlos cada 4 horas como se ha hecho durante mucho tiempo. Esta pauta solo se debe hacer si el pediatra o el médico de familia lo recomienda en casos concretos.
No se debe dar la administrar aspirina o ácido acetilsalicídico por riesgo de que padecer el síndrome de Reye que se desarrolla al tratar la fiebre asociada a una enfermedad vírica, como es la gripe o la varicela, con este fármaco. Este síndrome puede afectar a la sangre, el hígado y el cerebro de la persona que tuvo la enfermedad vírica recientemente. Se puede dar en adultos y especialmente niños y adolescentes.
¿Qué dosis hay que administrar?
En adultos las dosis no son un problema porque ya vienen los medicamentos antitérmicos en comprimidos o cápsulas con los miligramos que hay que administrar, pero en niños hay que tener mucho cuidado con las dosis ya que hay que calcularla en función de la edad y el peso corporal al venir en forma líquida.
Con el paracetamol 100 mg/ml de solución oral, para calcular la dosis, se divide el peso del niño/a entre 3 y el resultado entre 2. Por ejemplo, si pesa 15 kilos, entre 3, son 5 y este 5 entre 2 son 2.5 ml. También puedes multiplicar el peso por 0,15. Esta dosis se administra cada 6 horas en el caso que la fiebre suba antes de las 8 horas. Si la fiebre sube a las 8 horas se da cada 8, o se administra según prescripción médica.
En el caso de ibuprofeno 20 mg /ml de suspensión oral, hay que calcular la dosis del niño/a dividiendo su peso entre 3. Si pesa 12 kilos, entre 3, hay que dar 4 ml con la jeringa, Cada 8 horas o según prescripción médica. Si la fiebre no sube hasta las 8 horas no se recomienda dar antes.
¿Qué hacer si aparecen convulsiones febriles?
Con la fiebre pueden aparecer convulsiones febriles entre los 6 meses y los 5 años. Son más frecuentes en los primeros años de vida.
Si se da un episodio hay que mantener la calma y cuantificar cuánto dura aproximadamente. Se tiene que colocar al niño/a tumbado/a sobre uno sus lados y retirar los objetos que haya alrededor para evitar que se lesione con ellos. No se le debe sujetar durante las convulsiones porque se le puede generar una lesión osteoarticular.
Cuando el episodio termine hay que acudir a un centro médico.